Ciutadans de Catalunya empezará a pegar carteles por el no a la reforma del estatuto catalán la noche del 1 de junio en la plaza barcelonesa de Urquinaona. Francesc de Carreras y Arcadi Espada abrirán la campaña. Pocos días después comenzarán a constituirse como partido político.
El adelanto de elecciones forzado por la crisis del tripartito ha empujado una iniciativa ciudadana que nació en internet y de la rebelión de un grupo de personas contra el tsunami nacionalista hace poco más de un año.
En junio de 2005, cuando presentaron su primer manifiesto, eran casi clandestinos. Una reunión de notables contra un nacionalismo que la izquierda ha impulsado con más ahínco que el pujolismo pragmático.
De la Red a la pegada de carteles. De los manifiestos y las propuestas a la lucha electoral. De la filiación partidista a un movimiento con ideas en común y personajes conocidos como impulsores. Resucita una forma de hacer política con el empuje de la sociedad civil, adormecida durante esta etapa de partitocracia.
Pero el tiempo de la mediación se agota y se entrevén las grietas de unos partidos demasiado profesionalizados y clientelistas.
Los manifiestos y las plataformas vuelven a ser importantes para movilizar a los ciudadanos, aunque algunas estén muy sometidas a los partidos. Y la política en internet comienza a ser un instrumento efectivo para llegar a quien no se llega con los grandes medios y las grandes campañas.
De la unión de unos cuantos y su intercambio de ideas difundido después en red surge el primer partido español nacido en la política 3.0: personal, moral y local.
Pasqual Maragall también lo sabe y se aplica en su blog.
P21 | Ciutadans clandestinos