Mar adentro enterró las esperanzas de un avance en la discusión sobre la regulación de la eutanasia. Un presidente y seis ministros son demasiados en el estreno de una película. Fuentes del gobierno afirman que la contestación pública a lo que se entendió como un apoyo a la eutanasia enterró las posibilidades de lanzar el debate a la sociedad y el Parlamento.
Desde entonces los sondeos del gobierno y del Ministerio de Sanidad reflejan la oposición de muchos ciudadanos. Resultados que contrastan con otras encuestas favorables a los testamentos vitales y la eutanasia pasiva e incluso la activa. La ministra Elena Salgado recibe cartas y correos electrónicos de los opositores a la eutanasia cada vez que un caso llega a los titulares.
Los grupos contrarios a la eutanasia pasiva y activa están bien organizados y son muy activos en la defensa de sus posiciones. Aprovechan el compromiso de sus socios y simpatizantes para influir en los políticos, los ciudadanos y los medios. A través de internet y del activismo comunicativo presionan a medios e instituciones y han ido creando una muralla de opinión en defensa de sus posiciones.
Hazte Oír encabeza la protesta y anima el activismo de otras organizaciones y grupos de inspiración católica. Hay Alternativas es la plataforma de "juristas, médicos, ciudadanos y entidades civiles" orientada a la lucha contra el aborto y la eutanasia.
Hazte Oír también está presente en el Foro Español de la Familia, otro de los grupos activos, especialmente en la defensa de la concepción cristiana de la familia y la educación.
Hazte Oír se ha hecho famosa por su empleo de la propaganda viral en internet y sus estrategias de herramientas (cartas a los medios) y argumentarios (por ejemplo, contra la eutanasia) para facilitar y animar las campañas informativas y de activismo de sus simpatizantes.
A favor de la eutanasia destaca sólo la asociación Derecho a Morir Dignamente, presidida por el filósofo Salvador Pániker.
En un tema tan complejo y con tantos fantasmas la agitación despierta conciencias, pero también dudas y temores.
La contestación contra la eutanasia ha empujado al PSOE a negarse a abrir el debate. "No corresponde ahora", dijo ayer la ministra Salgado tras la muerte de Jorge León.
La decisión contrasta con el compromiso electoral de 2004 (pdf, pág. 34). "Eutanasia: Promoveremos la creación de una Comisión en el Congreso de los Diputados que permita debatir sobre el derecho a la eutanasia y a una muerte digna, los aspectos relativos a su despenalización, el derecho a recibir cuidados paliativos y el desarrollo de tratamientos de dolor".
La opinión pública está dividida sobre un tema de gran complejidad donde se entrecruzan principios, dudas, religión y miedos. El debate sobre el límite de los cuidados paliativos está en la calle, en los hospitales, en los científicos, pero no en los despachos.
El artículo 11 la Ley de Autonomía del Paciente de 2002, aprobada bajo el gobierno del Partido Popular, regulaba las instrucciones previas por las que "una persona mayor de edad, capaz y libre, manifiesta anticipadamente su voluntad, con objeto de que ésta se cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea capaz de expresarlos personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo".
Una ventana a la elección del fin de los cuidados paliativos en casos terminales.
Cataluña fue la primera comunidad en regular el testamento vital, las voluntades anticipadas, pero en los últimos tiempos la buena muerte padece también la losa del estatut de Cataluña -donde una supuesta puerta a la eutanasia ha sido tema de conflicto entre CiU y el tripartito- y el debate territorial.
La crispación generada estrecha márgenes para el entendimiento entre la sociedad y los partidos.
La apuesta del gobierno por el matrimonio homosexual, la reforma de la educación o las leyes de reproducción asistida han desatado un conflicto con la Iglesia en el que los socialistas no quieren más encontronazos si no están seguros de un apoyo social amplio.
Durante los últimos años algunas comunidades autónomas han legislado el testamento vital, la renuncia al mantenimiento de la vida artificialmente en caso de estado grave, pero en una gran parte de ellas faltan el registro y los procesos necesarios para garantizar el derecho de los enfermos.
La muerte también nos hace distintos según donde vivas.
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