Su nombre quizá no te suene de nada. Es otro caso de una mujer sometida a mobbing o acoso laboral por uno de esos señores acostumbrado a mandar como se mandaba en las cuadras del subdesarrollo. Y hay demasiados sitios donde el tiempo y la decencia no avanzan demasiado.
Enrique Castro ha levantado el velo sobre un caso de esos sobre los que la sociedad prefiere el silencio. Ratoncitos ciegos. Ni ven, ni oyen. Hablar, hablan, pero en la calle, en las tabernas y en los corrillos de las iglesias.
Decía Eduardo Blanco Amor que todos los pueblos de España tienen una plaza donde se cuentan cosas a voces y se guardan secretos por bien del pueblo.
Enrique reflexiona sobre cómo la ruptura del silencio en la Red puede acabar con la invisibilidad y hacer la vida pública más transparente.
El caso de Teresa está en el Tribunal Supremo. Allí se verá al fin si el presidente del Círculo Mercantil Club de Campo de Ferrol y concejal de Educación, José Manuel Vilariño Anca, es responsable de maltratar laboralmente a esta mujer. Pero la oscuridad ya se ha desvanecido.
El círculo de silencio de la plaza del pueblo se ha roto en la blogosfera.