Todo cambió. Todo fue a lo grande y con voluntad de agradar para escenificar la vuelta a la unidad contra el terrorismo. El empeño por la unidad para lograr la paz en Euskadi es tan grande que en Moncloa mudaron todos los protocolos tras la reunión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy.
Sonrisas al principio y preocupación por el dedo de Rajoy, todavía maltrecho tras su accidente de helicóptero con Esperanza Aguirre (por cierto, ¿dónde está Espe? ¿no dice nada? ¿lee los editoriales de El Mundo y ABC para calcular su futuro político?).
Zapatero, elegante y amable. Y después de la reunión tan contento que cuando llegó con la vicepresidenta De la Vega a la sala de prensa cambió su sonrisa por el gesto adusto, hondo y serio, preparado para recorrer el camino "largo, duro y difícil", mostrado en sus anteriores comparecencias sobre el alto el fuego.
El gesto a veces hace más política que las palabras y los hechos.
Zapatero y Rajoy repitieron con un tono amable las palabras de los días pasados, pero los gestos cambiaron. ¡Qué gestos! ¡Qué vuelta al entendimiento y la unidad!
Eso sí, quíteme usted a PP Hyde (Acebes y Zaplana) pidió el presidente al líder popular, que para crispación llega la de Federico Jiménez Losantos por las mañanas.
¡Y hubo preguntas! ¡Aleluya! La concordia aventa el miedo a las respuestas.
Los peores pronósticos no se cumplieron: salió Zapatero y no María Teresa Fernández de la Vega. Rajoy volvió a la sala donde informaba hace dos años de los consejos de ministros. Y Fernando Moraleda no se acordaba y se felicitaba de la presencia del líder del PP "por primera vez" allí. Y Rajoy, preciso, le corrigió: "la primera vez de pie y en un atril", y no en la mesa desde la que se dirigía a los periodistas como portavoz del gobierno de José María Aznar.
El líder popular contestó tres preguntas, tres. Y Zapatero otras tres, tres, "para equilibrar", dijo. Y entre los dos, seis, seis como en las mejores tardes de los cosos de la unidad perdida y ahora recuperada gracias a una posible victoria de todos y a las elecciones que ya llegan, ya, como recordaban ayer los barones del PP y no perderán de vista los del PSOE cuando se reúnan el próximo viernes con Zapatero el pacificador, título que ya se prepara en los anales de la democracia y del que el presidente está convencido desde hace tiempo.
La audacia política y la buena suerte triunfan.
P21 | Entrevista sin preguntas sobre ETA