El presidente del Congreso anuncia una iniciativa para adelantar una hora los plenos de los jueves (de nueve a ocho de la mañana) en favor de la conciliación de la vida familiar y política de los diputados.
Aplausos unánimes. ¡Qué gran ejemplo para las empresas y las administraciones públicas! Pero muchos ven un truco para que sus señorías trabajen menos en el Parlamento, vuelvan antes a sus casas y tengan más presencia en sus circunscripciones, donde son elegidos.
Es una más de las medidas europeístas de Marín para modernizar el Congreso: los escaños digitales, el parlamento sin papel, tranquilidad para sus señorías sin reporteros molestos, navidad con jamón para todos, Congreso sin humos y guardería oficial.
Si la razón está en la eficiencia parlamentaria y la adopción de horarios compatibles con la vida privada, ¿por qué no se adelantan los plenos de martes y miércoles, que siguen comenzando a las cuatro de la tarde?
Varios diputados, funcionarios y hasta periodistas afectados por esos horarios han reclamado que los plenos sean por la mañana para mejorar la eficiencia y dedicar el día a la actividad parlamentaria, sin esa tendencia a la noche que aleja a los diputados de sus escaños y empuja el apresuramiento de debates y decisiones.
Pero otros se niegan a prescindir de dos mañanas dedicadas a las ruedas de prensa, actos y apariciones políticas y órganos de partido. Y además el viejo horario permite a los que viven fuera llegar a Madrid el martes por la mañana.
Conciliación: jornada parlamentaria de martes tarde a jueves para una mayoría.
¿Cómo afectará el nuevo horario al trabajo político?
La mayoría de los diputados tienen poco trabajo legislativo y escasas responsabilidades políticas. Sólo quienes dirigen algunas áreas y comisiones tienen una auténtica dedicación. El resto siguen las instrucciones en los plenos, dentro de sus grupos y en las comisiones.
La conciliación Marín no cambiará esos hábitos, ampliará los fines de semana de sus señorías y les permitirá cuidar más las plazas donde son elegidos.