Las focas de Canadá vuelven a sufrir la cruel caza de todos los años. 325.000 animales serán sacrificados a palos para no destrozar sus deseadas y caras pieles. 90.000 cachorros blancos y preciados serán desollados para convertirse en estolas, cuellos de carísimos abrigos y otras lujosas prendas.
Pero este año el hielo es fino y quebradizo. Su debilidad puede proteger a sus habitantes y también, quizá, hacer pensar en la protección integral de un ecosistema amenazado por el calentamiento del planeta.
Groenlandia se deshiela como todos los territorios helados y las focas y el resto de sus pobladores pueden empezar a escasear por la reducción de su territorio y por la desaparición del pescado, su alimentación básica, esquilmado por la pesca abusiva y el calentamiento de las corrientes marinas.
Es tiempo de pensar en una política medioambiental para asegurar un futuro alejado de colapsos ecológicos de las civilizaciones como los analizados por Jared Diamond.
En Doñana,entretanto, hay buenas noticias con cara de lince.