La estúpida historia de persecución política, venganzas personales y ajustes de cuentas entre fuentes contaminantes y periodistas contaminados protagonizada por Judith Miller, reportera estrella de The New York Times, acaba con su salida de la cárcel al permitirle la fuente que le contó lo que no publicó revelar su identidad ante un juez que ya la conoce por otros y por la prensa.
¿A qué es todo absurdo?
Es el extremo al que se llega cuando se comparte cama tanto tiempo y luego uno se sale y los otros te dicen que se echa de menos tu calor en las sábanas.