Andan hoy afanados los operarios del Congreso para poner los nuevos escaños digitales de sus señorías a punto. Los diputados tendrán un despliegue tecnológico que la mayoría no saben usar ni mucho menos aprovechar.
Pero, ¡oh, horror!, cuando acabó la instalación de las modernas pantallas planas de 15 pulgadas resulta que el presidente Manuel Marín y el resto de miembros de la Mesa no divisaba la cara de algunos electos, cubiertos y amparados por las maderas nobles del hemiciclo remozado.
Y tal como andan de inquietas sus señorías conviene ver bien a los revoltosos, que ni aún cara a cara acatan la autoridad. Así que nada, a rebajar de nuevo las maderas y retocar la posición de las pantallas. Una chapuza, vamos.
Y así andan hoy los hombres del mono, atareados en atajar los problemas de altura de los escaños digitales de sus señorías, que mañana hay pleno.
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