"España será católica o no será". Palabras de monseñor Rouco Varela en recuerdo de otro Primado de España que avivan el dulzón reseco y el olor a incienso de la sacristía donde íbamos a robar el vino, no por el vinazo, malo, sino por malear. Y ya puede dar gracias el creador del videojuego Matanza Cofrade de que España siga siendo católica porque con un poco de catecismo todo se arregla y se evita la cárcel, hogar de pecadores.
El abogado de tres hermandades cofrades, el Gran Poder (¡gloria!), la Macarena (¡guapa!) y San Bernardo aceptó las disculpas y el dolor de este hombre arrepentido de provocar a la gente para que disparara contra zombies cofrades y espectros de mantilla. Puro realismo que disgustó a cierta sociedad sevillana (se libraron Bonilla y Mateo Gil por Nadie conoce a nadie y las avalanchas aquellas).
Pero los jueces aplicaron la buena norma jurídica de la costumbre y ya. Acabó la pendencia y el pecado.
Lo que no tiene perdón es la mentira cofrade. Primero nos enteramos de que las imágenes del Gran Poder y la Macarena son marcas registradas como la Coca Cola (Jesús los perdone, si volviera echaría de nuevo del templo a los codiciosos) y ahora que sólo desde 2003, cuando el juego del informático de Utrera es de 2002.
Así que nada, chaval, arrepentimiento y a la calle. Y los cofrades, menos SGAE y a seguir siendo píos.
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