Enrique Vila-Matas vuelve a la soledad, a la renuncia en Doctor Pasavento.
Acaba su ciclo de la literatura de la renuncia que inició con Bartleby y compañía, ese homenaje enamorado del síndrome de la negación del oficinista de Herman Melville.
"Todos conocemos a los bartlebys, son esos seres en los que habita una profunda negación del mundo". Y callan, abandonan la escritura, dejan pasar.
Lo contrario que los blogueros.
"La gloria o el mérito de ciertos hombres consiste en escribir bien; el de otros consiste en no escribir". La cita de Jean de la Bruyère marca la metaliteratura de Vila-Matas.
El sino de otros es escribir demasiado.
Tanto dejaban sus personajes de escribir que yo dejé de leer, con el libro sobre la mesilla, con una página marcada. Abandoné sus páginas en homenaje a los que abominaron de la escritura.