El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, es una mina para los medios por sus declaraciones extemporáneas, sus aspavientos y esa actitud permanente de Pepito Grillo del socialismo, especialmente en temas territoriales. Por eso no extraña que denuncie un "contubernio catalán" orquestado por los periódicos del Grupo Zeta y La Razón, propiedad de José Manuel Lara (Planeta), que publicaron su intención de abandonar la ejecutiva del PSOE.
Ibarra desmiente a sus más estrechos colaboradores al percatarse de que el propio desmentido puede generar más polémica que su amenaza, de la que pocos se hicieron eco.
La historia es la siguiente:
Una persona muy cercana al presidente extremeño y alto cargo de la Junta cuenta el pasado sábado a dos periodistas de El Periódico y La Razón, durante la Conferencia de Presidentes, que su jefe está cansado de luchar en la ejecutiva socialista, del enfrentamiento con el PSC y de la deriva de la reforma territorial de Rodríguez Zapatero.
Ibarra se plantea su relevo en la ejecutiva socialista, donde dice que nadie le apoya, y quedarse en el Comité Federal, más amplio y donde cree que sus posturas pueden encontrar mayor eco.
Al ver publicada la información ordena a la consejera portavoz de la Junta, Dolores Pallero, que desmienta la información. Curioso este empleo de una portavoz autonómica para hacer declaraciones de partido, pero a muchos de nuestros políticos les cuesta distinguir.
Ibarra en estado puro, héroe y víctima sacrificada a la vez. Y ya de noche se lució en Hora 25, el programa de la Ser conducido por Carlos Llamas, donde denunció el contubernio catalán contra su numantinismo y fue jaleado por algunos de los contertulios, más preocupados por halagar a Ibarra que por la veracidad de la noticia.