El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tenía ganas ayer de hablar de las bodas gays, pero estaba en plena discusión del estatuto valenciano. ¿Cómo meter una morcilla para apuntillar al PP el día de la primera boda entre políticos homosexuales?
Una oportunidad como los dimes y diretes de los populares sobre si recurrirán o no la ley de matrimonios homosexuales ante el Constitucional no se desperdicia. A caballo regalado...
Zapatero anunció a los periodistas que haría una declaración sobre el estatuto valenciano al término de su discusión. El director general de información nacional del gobierno, Julián Lacalle, comunicó a los periodistas la decisión y dijo que el presidente a lo mejor respondía a alguna pregunta de actualidad:
"¿Sobre el estatut catalán", preguntó uno.
"No, hoy hablamos del valenciano", respondió Lacalle, y añadió: "Quizá sobre algún asunto como el matrimonio homosexual".
Dicho y hecho. Llegó la declaración en la Sala del Escritorio. Tres frases del presidente y apareció la esperada pregunta.
La inducción funcionó, pero la prensa no ha recogido las declaraciones del presidente. Habrá que guardar las tácticas de spin doctor para mejor ocasión.