Lisl Ellen Auman lo vió. Estaba en el asiento de atrás, esposada. El skin head se acercó al coche patrulla y le descerrajó diez tiros al poli. BANG, BANG, BANG, BANG, BANG, BANG, BANG, BANG, BANG, BANG. Lisl estaba esposada y lo vió. Podía contar los años que le caerían en prisión al ritmo de aquel tiroteo.
Denver es una "ciudad de vaqueros con reglas de vaqueros y justicia de vaqueros", dijo Hunter S. Thompson. Lisl estaba allí y alguien tenía que ser culpable. Si matan a un poli alguien tiene que pagar. Es la ley del Oeste. Así que la enchironaron.
Escribió al Dr. Gonzo y HST decidió apadrinar la campaña por su liberación. Un artículo en Vanity Fair y la izquierda exquisita en favor de la inocente enjaulada.
La causa, en palabras de Edmund Burke: "Lo único necesario para el triunfo de la maldad es que los buenos no hagan nada". Hoy por ti, mañana por mí. Imperativo categórico o como lo quieras llamar.
Lisl ya está en la calle de nuevo después de pagar por un crimen que no cometió. La última batalla de HST contra una realidad que no le gustaba. La realidad también depende de uno mismo.
P21 | Hunter S. Thompson, gonzo (1937-2005)