Nueva Lisboa ya está en la Red liberado de derechos para su lectura y disfrute. Y el libro vuelve a vivir después de quedar en el limbo de la obra sin editor.
"Lo importante, para mí, es que esos 250 metros de letras penetren en la mente de un lector, de cuantos más lectores sea posible". Son las razones de Millán y podían ser las de tantos otros. Lo explicaba cuando liberó Nueve veranos, su anterior obra accesible en la Red. Nueva Lisboa pasa de las soledad del olvido en las librerías a la Red. Y aquí tiene una nueva vida.
Millán aplica la lógica. Con más de 70.000 títulos anuales editados los libros tienen muy poca vida útil si no son un gran éxito. Distribuirlos a través de la Red sin renunciar a los derechos comerciales de obra derivada es una fórmula para ganar lectores, interés por otras obras y hasta posibles editores, dice Millán. ¡Y cuánta razón tiene!
Nada peor que ser descatalogado o puro fondo de librería sin ver nunca la luz. Entonces los libros están muertos. Revivirlos sólo puede favorecer a los autores y a los lectores.
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