Judas es el traidor. Pero su traición revela la condición humana de Jesucristo. Los traidores son nuestros más fieles amantes. Esa pasión les da la fuerza y el ímpetu para traicionarnos. La traición es un sacrificio de amor.
"Amo a Judas. Lo amo incluso más de lo que amo a Pedro", dice Norman Mailer en su evangelio. La fe de Pedro es como una piedra, explica. La de Judas proviene de conocer a los hombres.
La traducción del Evangelio de Judas revive la fascinación de la gnosis y los iniciados en época de códigos best sellers. Y revive también la fascinación por los grandes traidores, poetas de la maldición. Traicióname, ámame.