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Es habitual que los telediarios se desplacen al escenario de grandes citas informativas e incluso a lugares donde se celebran acontecimientos de relevancia económica, social o cultural pero la estrategia del viernes pasado iguala los informativos a los programas promocionales de regiones y saraos de entretenimiento, bien pagados por las comunidades autónomas o sus organismos dependientes.
El telediario como espacio promocional. Una modalidad de información prohibida por la Unión Europea.
No sé si Antena 3 cumplió las normas de identificación publicitaria (promocional, en este caso) de la Ley 22/1999, de 7 de junio que regula la radiodifusión televisiva. Pero la misma ley en su artículo 15 dice expresamente:
"No podrán patrocinarse programas diarios sobre noticias ni de actualidad política. Tampoco serán patrocinables las partes en que puedan dividirse los referidos programas, salvo las dedicadas a información deportiva y meteorológica".
Es la garantía del derecho a la información de los ciudadanos, que no puede ser vulnerado por una actividad comercial de promoción turística, como fue el caso.
Ignoro si algún resquicio legal permite a la cadena privada hacer lo que hizo, pero la voluntad informativa y el rigor de sus informativos se ponen en entredicho con esta comercialización directa.
Seguro que muchos se apuntan a comprar telediarios. Por cierto, la ley también dice que el "contenido y la programación de una emisión patrocinada no podrán, en ningún caso, ser influidos por el patrocinador de tal forma que se atente contra la independencia editorial".
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