Mariano Rajoy rompió con el gobierno tras el anuncio del inicio de diálogo con ETA. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero contestó reiterando que no habría negociación ni concesiones políticas. Todos los grupos del Congreso apoyaron al presidente excepto el PP.
Rajoy repitió que Zapatero y su gobierno traicionan a los españoles e incumplen la ley. Zapatero se reafirma en su estrategia y en su responsabilidad en el proceso de paz.
Batasuna, tranquila, preparándose para volver a la política, acumulando argumentos para las coartadas que tendrá que ofrecer a sus bases. Las encuentra bien asentadas en la mayor quiebra del consenso antiterrorista vivido en la historia de la democracia.
ETA logra una vez más el enfrentamiento de los partidos democráticos más allá de la razón, del bien común, del sentido, de la responsabilidad y de su obligación con los ciudadanos.
Todos deberían revisar sus posturas y volver a sacar el terrorismo y la pacificación del debate político. Cada disenso en este tema es una victoria del terror contra la democracia.
Los líderes políticos, comenzando por los partidos mayoritarios, tienen la obligación de fijar y respetar las bases del proceso por el bien común, dentro de la legalidad y con el objetivo puesto en la derrota del terrorismo y el logro de la paz.
Tienen que respetarlas, porque las bases son conocidas.
En la tribuna y en los escaños del Congreso había gente aplaudiendo el enfrentamiento. Piensen en la sonrisa de los asesinos al ver a sus víctimas despedazarse y perder terreno, tiempo y consenso. El bando del terror está unido.