Será en el Congreso, pero no ante los parlamentarios. La última pirueta del presidente José Luis Rodríguez Zapatero para cumplir su calendario de negociación con ETA y su promesa de informar al Congreso es hacerlo en el edificio, pero no ante los representantes de la soberanía nacional, sino en una rueda de prensa a la una de la tarde.
Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior, se entrevistó esta mañana con los portavoces de los grupos del Congreso. El resultado es que Zapatero y los socialistas temen una nueva andanada de los populares si el anuncio se hace en el Parlamento. Recuerdan la ruptura de principios de este mes y dado el apoyo de los demás grupos se opta por una comunicación en la que la respuesta del PP sólo podrá ser de nuevo ante los medios y no en un debate parlamentario.
Zapatero se ha metido solo en este entuerto. Sus prisas, las de ETA y las actuaciones de la justicia han puesto dificultades en ese "largo, duro y difícil" camino tan anunciado.
La salida del entuerto después de las idas y venidas de ayer no aclara nada, menosprecia el papel del Parlamento y arroja dudas sobre una negociación complicada. Los ciudadanos tienen derecho a saber las intenciones, principios y límites de unos y otros.
Escamotear la soberanía popular por el efecto mediático para cumplir de mala manera la promesa hecha por uno mismo no es la mejor solución.
Ayer en los pasillos del Congreso se bromeaba sobre un posible decreto ley de ZP prorrogando el mes de junio unos días para poder cumplir su promesa. Recursos de ficción para plazos inventados.