La actualización constante y la capacidad de los lectores para modificar y condicionar los mensajes son los factores más relevantes del periodismo digital actual, según lo escuchado en las jornadas sobre periodismo digital de la Asociación de Periodistas Europeos.
Allí se vio a los periodistas de los grandes medios aferrarse a una labor de mediación cada vez más contestada y a los confidenciales intentando hacerse con huecos de poder y negocio en los entresijos más oscuros de la vida pública.
De otro lado, quienes creen que lo más valioso de la Red es el asalto de los ciudadanos a la información y los medios, la revolución democrática que supone y la exigencia de calidad y responsabilidad que demanda al periodismo tradicional y a los actores públicos en general.
El ministro de Industria, José Montilla, hablaría más tarde casi en representación de los "damnificados digitales" por los bulos, las calumnias y la desinformación.
El exabrupto de la jornada lo puso el abogado de la Sociedad General de Autores, Pedro Farré, que llamó a "erradicar el anonimato en la Red". Abusos de quienes creen que los derechos de propiedad y de autoría están por encima de las más elementales libertades que sustentan la democracia, y de quienes se sienten impotentes y aludidos por la irresponsabilidad de algunos internautas o medios poco rigurosos.
Desafíos al oficio del periodista
Las ediciones digitales de los grandes medios están preocupadas por la presión de la actualización constante, con su amenaza para la precisión y completitud de la información.
Gumersindo Lafuente (elmundo.es), Mario Tascón (Prisacom), Jean-François Fogel (LeMonde.fr), y los profesores María José Cantalapiedra (Universidad del País Vasco) y Francisco Olivares (Instituto Universitario de Posgrado) analizaron el periodismo digital desde la perspectiva de las ventajas e inconvenientes sobre el periodismo tradicional.
Las posibilidades del periodismo digital todavía no están explotadas. Está atrapado por la trasposición de las rutinas y estilos tradicionales, con poca información propia y mucha cocina más ocupada en el volcado de la información del papel y los teletipos que a la exploración intensiva de las nuevas posibilidades.
Entre lo más explorado, la multimedia y un hipertexto en la mayoría de las ocasiones restringido a los enlaces internos.
Lafuente defendió la personalidad diferente de elmundo.es frente a su antecesor de papel. Su lucha por generar información propia y aumentar la calidad informativa de los contenidos digitales. "Internet es absolutamente invencible", dijo, pero indicó que el periodismo debe seguir los mismos criterios de rigor y credibilidad de siempre.
Tascón explicó su convicción de que sólo el pago por contenidos permite hacer rentable un medio como elpaís.es (cercano a los 46.000 suscriptores), aunque admitió que el diario digital profundizará en la política de ofrecer más contenidos gratuitos, para lo que se apoyará en la presentación del nuevo EPT, la versión mejorada de Tentaciones, y algunos cambios visibles en los próximos meses.
Explicó que Prisacom explota varios modelos de negocio en función de las características de los medios y apostó por un modelo futuro de elpaís.es más equilibrado entre zonas gratuitas para atraer publicidad y servicios para suscriptores.
Jean-François Fogel se mostró preocupado por la falta de referencias de los periodistas digitales y la presión de la tecnología y el público.
Francisco Olivares recordó que la mayoría de las plantillas de los medios digitales son exiguas, dan para el copia y pega y lo justo. Demandó a los editores y grandes grupos un poco más de atención a la información y confianza en la Red.
Los digitales nacidos de los grandes medios están preocupados por los cambios en el oficio del periodista y por cómo hacer rentable una información que atrae a muchos pero por la que pocos están dispuestos a pagar. El crecimiento de la publicidad es prometedor, pero la actitud de una mayoría de agencias publicitarios conspira contra la Red como mercado. El control de los datos por el anunciante y la medición casi exacta de la efectividad de la publicidad, unido al desconocimiento, retrasa el crecimiento del negocio en el periodismo digital, según los responsables de los medios.
Irresponsabilidad y furia ciudadana
Segunda mesa. Cambio de tercio.
A un lado, los confidenciales. A lo suyo, la cloaca de unos y de los otros. Son los basureros de la información, necesarios cuando los demás entierran la mierda. Tan ocupados en aventar los pozos negros que al final todo salpica: información, rumor, entretenimiento malsano y muchas ganas de pillar del pastel.
David Rojo, de Periodista Digital, defendió que la prensa de papel desaparecerá y con Pedro Aparicio, de PR Noticias, insistió en que los confidenciales deben tener el mismo derecho de acceso al Congreso y otros organismos que los medios tradicionales.
Una precisión: nada que ver con los blogs. La mayoría de los blogs son una revolución democrática contra los medios y el secuestro de la información por las fuentes, la comunicación, los gabinetes y un negocio que cree a veces más en quien paga la publicidad que en el público.
En medio, Carlos Sánchez Almeida, abogado y bloguero. Intentó dejar claro que la responsabilidad llega a todos y para eso están las leyes, la penal y la civil, y los métodos de investigación del delito. Se opuso a leyes de excepción y defendió la radical libertad de los pasquines y de sus versiones digitales para publicar lo que de otra manera sería callado.
Almeida insistió en que a la larga la efectividad del anonimato es baja y sólo quien da la cara con su personalidad y argumentos consigue convencer.
Arcadi Espada anotó que la participación de los lectores en los blogs y otros medios no siempre es agradable ni interesante, pero que pinta "un fresco de las obsesiones de un momento". Para el periodista y escritor, su blog es un "lienzo donde yo cuelgo mis escritos y que otros utilizan".
Espada recordó también que el daño realizado por publicaciones de prestigio es infinitamente mayor que el producido por micropublicaciones digitales.
El senador del PSOE, Félix Lavilla, se situó en un punto intermedio entre el ansia reguladora del abogado Pedro Farré y la resistencia de Almeida para recordar que en derecho la proporcionalidad entre los hechos, el daño y la pena debe ser respetada.