Manuel Saco, Ricardo Curtis, Pedro Pérez y yo mismo nos reunimos en la Universidad San Pablo CEU para hablar del diario El Sol y su pervivencia. Antes, sus dos primeros directores, José Antonio Martínez Soler y Miguel Ángel Aguilar, discutieron amigablemente sobre sus diferencias periodísticas, casi idénticas ahora y entonces.
El Sol fue el primer gran intento de lanzar un diario moderno, con un fuerte componente visual y una apuesta muy diferente en la concepción de la información a lo que entonces era la prensa. Le seguiría El Mundo, que desde otros postulados periodísticos y políticos consiguió lo que El Sol no pudo: sobrevivir.
Pero El Sol adelantó muchas cosas:
>> la rebelión contra la pirámide invertida y la entradilla sumario;
>> la apuesta por la información ágil, el despiece y la libertad narrativa en el texto de la información;
>> el pensamiento visual aplicado a los diarios, entonces casi desconocido en España;
>> fue el primer diario totalmente digitalizado;
>> y el primero en hacer autoedición integral;
>> y en desarrollar una fuerte vocación por la información servicio, útil.
No conseguimos ser la gran alternativa a la prensa modosa y aburrida, pero aprendimos mucho. Germán Sánchez Ruipérez no consiguió ser el nuevo Polanco, pero un puñado de profesionales pudimos experimentar.
"La propia maqueta de El Sol marca el estilo ágil que se quiere conferir al periódico. El 'monstruo' responde a la filosofía: un diario visualmente atractivo, de informaciones generalmente breves, muy ordenado y claro". Así rezaba el Libro de Estilo.
Esta tarde recordábamos las estrellita castro. Sí aquel rizo pícaro y cañí que tanto gustaba al dictador timorato. En El Sol le llamamos así a nuestras entradillas, porque eran un gancho, un gesto de seducción periodística para atrapar al lector.
"La gracia y el ingenio deben ser signos distintivos de El Sol... Para que un texto tenga frescura no es imprescindible que arranque una sonrisa al lector; basta con la utilización de frases cortas, un texto claro, sin trampas, con el orden infalible de sujeto y predicado, y procurar distribuir bien los picos de interés a lo largo de la información...
Del bajo nivel de lectura español tienen buena culpa nuestros textos tediosos, extensos e incomprensibles, y no sólo el nivel cultural del país". Sabio Manolo Saco.
Y Eduardo San Martín, Arsenio Escolar, Ramón Lobo, Juan Mora y José Ángel Esteban, Pedro Cuartango (desde la amistosa discrepancia) y las imágenes cuidadas y humanas de Miguel González y sus fotógrafos. Y Ricardo Salvador y Luis Mesón, illustratordependientes. Rodrigo Sánchez y Alberto Labarga, diseñadores. Mariano de los Dolores y su equipo de fotomecánica. Y los geeks de Anaya Systems, y tantos más.
Recordando, también un poco de autocrítica: no estábamos preparados para lo que queríamos hacer, sobraban editores y faltaba empresa, teníamos más estilo que otra cosa, y mucha ilusión y pocas fuentes. Pero nos divertimos y aprendimos.
P21 | El diseño de El Sol, revisitado
P21 | Un recuerdo a El Sol