Friday, May 27, 2005

Contra la crispación y Jiménez Losantos

"El programa La Mañana de la cadena COPE, dirigido por Federico Jiménez Losantos, se caracteriza por el insulto y la bronca permanente contra todo aquel que no sea adepto a sus posiciones, así como por su tono siempre crispado y tenso. Además, el periodista utiliza todos los días un programa de carácter informativo como su tribuna política personal".


Se han cansado. Ya no les da la paciencia. Las antípodas de Federico Jiménez Losantos no pueden con él y lanzan una recogida de firmas para recordarle a la Conferencia Episcopal su doctrina sobre los medios de comunicación social y lo poquito que FJL hace por respetarlos, al contrario: es la estrella de la crispación.
La iniciativa antiFJL pide a los obispos que "sin necesidad de variar la línea editorial de la cadena COPE, y sin tener por qué renunciar a la realización todas aquellas críticas que crea necesarias al Gobierno de la Nación, a los partidos políticos que lo apoyan o a otras instancias o instituciones que considere criticables, desautorice la práctica profesional de Federico Jiménez Losantos y le retire de la dirección del principal programa informativo de la cadena COPE".
Pero el cepillo manda, los obispos necesitan un púlpito de gran eco como el de Federico y la Conferencia Episcopal no renunciará a uno de sus bastiones.
Ni quizá deba. Que el losantianismo no es un cristianismo amable es claro. Federico no es hombre piadoso. Tampoco respeta la letra del catecismo, pero cada cual sepa qué hace con sus derechos y con los de los demás.
Los promotores de la iniciativa denuncian los abusos. La Iglesia hará bien en considerarlos, como también Losantos. Y cada cual con su responsabilidad. La libertad de expresión tiene estas cosas.
Otra cuestión es la confusión entre opinión e información, territorios que tienden a confundirse. ¿Es La Mañana de la Cope un programa de opinión o de información? Los periodistas y la sociedad debemos reflexionar sobre unos límites que no rompe sólo Federico Jiménez Losantos: es ya práctica común en muchos medios.
Los grandes medios (y los otros) vuelven a estar polarizados políticamente como nunca, una evolución de la sociedad y el periodismo sobre la que vale la pena pensar.
En todo caso, como se dice en los comentarios, quien no quiera escuchar, que apague la radio o cambie a otra emisora. La libertad tiene sus peligros, pero el peor es recortarla.

P21 | Dos años más de mañanas del liberal tonante