"Mis comunicaciones telefónicas personales han sido hackeadas". Thomas Perkins dimite como consejero de Hewlett-Packard (HP) (carta en pdf) en protesta por el espionaje de directivos y periodistas de CNET y The Wall Street Journal.
La compañía informática quería descubir quién había filtrado sus planes a la prensa y contrató a detectives para suplantar a los espiados y hacerse con los datos de sus comunicaciones, una técnica llamada pretexting prohibida por la ley norteamericana.
Una empresa, y esta vez una de las grandes de la tecnología de la información, vuelve a violar los más elementales derechos individuales para atajar una filtración a la prensa.
Los periodistas económicos vuelven a sufrir el acoso de las empresas y organismos reguladores, como cuando en España la Comisión Nacional del Mercado de Valores intentó restringir la información y los encuentros entre directivos y periodistas.
Unos meses antes los abogados de Reuters pedían a los reporteros silencio sobre los datos financieros de las compañías presentes en bolsa.
En la sociedad de la información la privacidad y la propia información es cada vez menos respetada. Para las empresas todos es marketing.
La comunicación para su beneficio es importantísima, la información se somete al interés económico.
Empresas, gobiernos y reguladores de todo tipo reducen o pasan por encima de los derechos de las personas y el público para salvaguardar presuntamente sus intereses empresariales, la seguridad o su las revelaciones sobre su propio comportamiento.
A HP no se le ocurrió acudir a la justicia para investigar la violación de sus normas por sus directivos. Tampoco confió en ellos para plantear abiertamente el fin de las filtraciones. No tuvo empacho en espiarlos a ellos ni a los periodistas, obligados a buscar la mejor información posible.
Y no se advirtió a nadie. Secreto para la empresa, violación de la intimidad y la libertad de las personas.
Las facilidades de la tecnología para espiar a los ciudadanos parecen atemperar la tremenda injusticia del espionaje indiscriminado y falto de garantías legales.
P21 | Una victoria del terrorismo