La propuesta de modernización de la directiva audiovisual de la Unión Europea no satisface ni a las televisiones comerciales, ni a los anunciantes, ni a los espectadores, ni a los nuevos medios audiovisuales no lineales, regulados por primera vez junto a la televisión convencional.
¿Por qué?
>> intenta armonizar las regulaciones de los diferentes países;
>> somete los servicios audiovisuales a las leyes del país de origen, donde está asentado;
>> flexibiliza la emisión de publicidad y reduce los intervalos sin anuncios, aunque se mantiene un tope de 35 minutos para películas y programas informativos,
>> desaparece el tope de tres horas de publicidad diarias;
>> autoriza nuevas fórmulas de publicidad como la pantalla partida, la virtual y la interactiva;
>> permite la publicidad indirecta y el product placement siempre que se identifique al principio del programa y excluyéndolo de informativos y programas infantiles;
>> somete (pdf) a las mismas reglas a los nuevos medios audiovisuales (televisión y vídeo por internet, móviles, etc.), con excepción de "la correspondencia privada, a las versiones electrónicas de los periódicos o revistas, a los sitios Internet no destinados fundamentalmente a difundir contenidos audiovisuales, ni a las meras transmisiones sonoras o de radio". No tendrán cuotas de producción europea (imposibles de aplicar) ni los intervalos publicitarios debido al propio mecanismo del servicio.
La respuesta es:
>> Las cadenas comerciales piden todavía menos restricciones publicitarias y limitar la competencia de las cadenas públicas. Insisten en que la publicidad debe ser libre y cada cual elegir cuánto emite, como en radio o prensa.
>> Los usuarios se quejan de la flexibilización de la publicidad aunque ven positivos algunos cambios como la identificación del product placement.
>> Los anunciantes consideran excesivas las regulaciones publicitarias y piden el cumplimiento de las leyes actuales.
>> Los nuevos medios audiovisuales se quejan de tener que cumplir todas las regulaciones de la televisión en abierto y de no poder explotar prohibida en la televisión, como el tabaco o el alcohol, a pesar de la capacidad de los usuarios de elegir lo que ven y de la producción de contenidos muy segmentados.
Pero la Comisión Europea propone la modernización de normas de acuerdo a un nuevo escenario de menor regulación, especialmente en los nuevos medios, donde defiende un ligero acercamiento, light touch, en palabras de la comisaria Viviane Reding.
Ese nuevo escenario europeo (pdf) se caracteriza por:
>> El cambio de hábitos de los espectadores: de ver la programación a escoger qué ven, aunque la mayoría seguirán viendo televisión convencional.
>> Fuerte crecimiento de la televisión por internet (IpTV), con ingresos de 62 millones de euros en 2004 a 25.000 millones en 2009, cuando alcance el 6% de los hogares (actualmente la cuota es del 1%). Francia, España e Italia concentrarán el 60% del mercado.
>> Crecimiento del vídeo a demanda (VOD) por cable o ADSL hasta los 22 millones de hogares en 2009.
>> La televisión convencional mantendrá el gran trozo del pastel e incorporará despacio la alta definición: sólo 8 de los 200 millones de hogares europeos la disfrutarán en 2009.
>> Bajará el consumo de televisión convencional y subirá la de pago más de un 80%: de 30 millones de suscriptores en 2004 a 54 millones en 2008. El gasto en televisión de los hogares crecerá entre un 5 y un 6% al año hasta 2009.
>> Aumentará la televisión digital por satélite en abierto.
>> Se prevé un estancamiento de la penetración de internet alrededor del 65% de los hogares y un 85% en telefonía móvil. Los ingresos de internet crecerán a un ritmo del 12% anual y la banda ancha será la estrella.
>> Las consecuencias para el mercado publicitario: aumento del mercado pero mayor reparto y segmentación entre canales y servicios, crecimiento sostenido de la publicidad exterior, fortaleza de las revistas, y estancamiento de los diarios y la radio.
Con ese panorama la propuesta de la Comisión intenta aumentar la publicidad y flexibilizar su regulación, promover la producción audiovisual europea y las plataformas propias frente a terceros países, someter a todos a las mismas reglas de mercado y garantizar la protección de derechos mínimos como la identificación comercial y legal, protección a los menores, evitar los contenidos inadecuados (racismo, sexismo, etc.) y mantener las restricciones cualitativas (tabaco, alcohol, etc.) sobre la publicidad audiovisual.
El debate sobre la solución está en la mesa de los países y del Parlamento Europeo.
P21 | Europa regula la televisión y la multimedia