Comienza la Pasarela Cibeles, llamada este año de la salud por sus medidas antianorexia, todavía mal recibidas por algunos a pesar de tantos años de delgadez enfermiza. Y para presumir de glamour y ahorrarse el incómodo viaje al lejano recinto ferial de Ifema el frufrú de la moda se ha asentado en los jardines de El Retiro.
Han techado y cerrado al público una gran parte del Paseo de Coches. Dos enormes complejos de generadores, necesarios para las luces y el aire acondicionado de las gigantes carpas, retumban con rugido ensordecedor.
Varios árboles han sido talados o sufrido desperfectos. Decenas de coches con modelos, ropa, instaladores y proveedores varios entran en el parque y aparcan sobre los espacios verdes y de tierra con total impunidad.
A partir de hoy será peor. Autoridades, diseñadores, modelos e invitados pasearán sus limusinas y taxis por el parque como los panzer alemanes sobre Francia.
Dicen que todo es por acercar la moda a la calle. A una calle bajo techo, cerrada y a la que sólo se puede acceder por invitación.
La Plataforma de Defensa del Retiro ya ha protestado con poco éxito.
En los diarios locales de Madrid el tema no interesa. Los ciudadanos importan poco, es más rentable y fotogénico el glamour.
El verdicida alcalde Alberto Ruiz-Gallardón está empeñado en acabar con el Retiro. Un año y pico de obras descontroladas, con zanjas abiertas y vueltas a abrir, vallas por todas partes, eliminación de espacios verdes y aumento de los caminos terreros y de los asfaltados, como ya ha denunciado la Plataforma y muchos ciudadanos constantemente olvidados por los medios madrileños.
¿Por qué quiere Cibeles el Retiro?
Si una pasarela de moda no se abre a la ciudadanía, ¿para qué sirve situarla en el centro de la ciudad? ¿para mayor comodidad de la industria de la moda? Únicamente.
Si se quiere o necesita estar bajo techo, ¿por qué no utilizar cualquiera de las muchas instalaciones de exhibición bajo cubierta en lugar de techar un parque e impedir su tranquilo disfrute por los ciudadanos?
Porque el ciudadano importa poco si de espectáculo se trata. Algunos sectores son agradecidos para los políticos y por eso se permiten estos abusos.
Ojalá se inaugurase una pasarela de moda abierta a todos que los ciudadanos interesados pudiesen disfrutar sin invitación ni entrada.
Ojalá alguna idea genial aprovechase el espacio verde del parque para cambiar el look repetido de las pasarelas.
No es el caso. Comodidad y provilegios para unos, sacrificio y molestias para otros. El ciudadano paga, con el espacio público y los impuestos con los que subvenciona la moda y su glamour.
P21 | Cibeles techa El Retiro