El País abandona su estrategia de pago defendida con empeño los últimos tres años y lo hace de forma poco clara y que no dejará satisfechos a muchos de sus suscriptores.
¿Cuáles han sido los resultados?
>> ser invisible en internet pese a su declaración (datos propios, sin auditoría independiente) de poseer 1,7 millones de usuarios únicos y 7,9 millones de visitas mensuales;
>> superar los 45.500 suscriptores, 42.000 de ellos de pago, tras un enorme esfuerzo promocional y ofertas de todo tipo: con Canal Satélite, con Cinco Días, ahora con Le Monde... un umbral de suscripción muy bajo para soportar ese modelo de negocio;
>> los ingresos por contenidos suponen sólo el 15% del total de Prisacom;
>> un porcentaje de ingresos por publicidad del 19% (datos del primer trimestre de 2005), muy por debajo del deseado y necesario para su rentabilidad: los ingresos por publicidad de los negocios de internet del grupo supusieron el 1% de la facturación total, casi medio punto por debajo de la media del mercado;>> haber dado la oportunidad a sus principales competidores de situarse en un mercado muy competitivo y donde los liderazgos deben ganarse día a día, sin traspaso directo del mercado de papel.
Con estos resultados y las pruebas que se hicieron el año pasado con contenidos en abierto, el cambio de estrategia se veía venir. Para eso se ha reforzado el equipo profesional de Prisacom durante los últimos meses en un año en el que todos los grandes medios nacionales luchan por un negocio de futuro para la información y la publicidad.
De un modelo de pago amplio a un modelo mixto con mayoría de contenidos en abierto, servicios premium para suscriptores y producción de información diferenciada para la web.
Mario Tascón aseguraba hace unos días que el único modelo viable era el mixto (gratuito y de pago). El único que garantizaba suficientes ingresos por publicidad y una línea de negocio de servicios premium como la que The New York Times pondrá en otoño en marcha.
Otros como Los Angeles Times han dado marcha atrás en sus contenidos de pago y el propio Wall Street Journal (más de 700.000 suscriptores de pago) ha lanzado una estrategia para difundir contenidos gratuitos después de ensayar fórmulas para aumentar su facturación publicitaria en la Red.
Tascón anunció un mayor equilibrio entre los contenidos gratuitos y los de pago, además de la coexistencia de diferentes modelos de negocio para productos distintos.
Jesús Ceberio, director de El País, había proclamado hace un año las claves del proyecto: "Independencia económica, rigor informativo y búsqueda de información propia".
La solución está a la vista: información actualizada de agencias y elaborada por la redacción de Prisacom, algunas informaciones de El País en abierto, edición impresa para suscriptores y nuevos servicios de última hora y multimedia para lectores de pago.
¿Será suficiente para mantener a los suscriptores?
Es la gran pregunta. Si uno quiere leer El País (portada edición de pago) en internet debe pagar por la edición impresa, pero si uno lee la edición gratuita digital puede tener la impresión de que lee El País (portada digital).
La atracción de la información actualizada (la más buscada en la web), el acceso a determinados contenidos de la edición general y la percepción de que se está leyendo El País pueden acabar con el atractivo de la suscripción.
ElPaís.es se sitúa después de casi tres años donde ya está hace tiempo su gran competidor, elmundo.es: creciente diferenciación entre los contenidos del diario en papel y los de la edición digital.
La indudable capacidad de marca de El País multiplicará en breve su tráfico. Muchos esperaban ansiosos la oportunidad de acceder al diario de Prisa en la Red. La nueva estrategia puede ayudar también a animar un mercado publicitario muy renuente a invertir en internet (España está tres puntos por debajo de la media mundial de inversión comercial en la red)
La batalla digital será dura.
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