Si es usted socialista, buen candidato, lleva años de alcalde, presidente autonómico o su contrincante político está maduro para ser batido, entonces no se preocupe, no tendrá que someterse a unas elecciones primarias.
El poder es el poder y con el poder no se juega. José Blanco, secretario de Organización del PSOE, lo tiene claro. Las primarias en las elecciones municipales y autonómicas de 2007 serán sólo para candidatos sin opciones.
Hasta aquí ha llegado el ejemplo de democracia interna. Los socialistas no quieren más tránsitos traumáticos como José Borrell o Joaquín Almuna.
Los socialistas quieren afianzar el poder y mejorar su exigua mayoría parlamentaria reviviendo la revolución municipal de 1983, cuando ganaron las grandes ciudades apoyándose en su primer año en el poder.
José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco, conscientes de la historia del partido, no sacrificarán a los buenos candidatos por otro ejemplo de democracia interna. La democracia es para los perdedores. El poder es para los ganadores y el poder es más importante que los principios. Ya se sabe.
No es la primera vez que se sacrifican las primarias, ya se hizo en anteriores elecciones en aquellos lugares en los que se gobernaba en coalición.
Lo más curioso es que el presidente Zapatero llegó al poder gracias a las primarias del año 2000 y cuando muy pocos confiaban en él como líder del partido.
Pero donde las dan las toman. El PSOE sólo gobierna cuatro de las grandes ciudades españolas, y así no se controla un país de las tensiones territoriales del nuestro.
En Ferraz se lee más a Maquiavelo que a los teóricos del socialismo de base.