El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, no ha podido sacar una sola promesa de apertura a su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque.
El canciller trajo a Madrid una invitación de Fidel Castro para que el Rey visite la isla (el viaje al que el gobierno de José María Aznar se negó mientras no hubiera avances en el respeto a los derechos humanos) y confirmó que el dictador cubano asistirá a la Cumbre Iberoamericana de Salamanca en octubre de 2005.
Reporteros sin Fronteras (RSF) recordaba hoy a los 21 periodistas encarcelados en Cuba desde la oleada represiva de marzo de 2003 tras una mascarada de juicio celebrado en 2004. Todos fueron condenados por los verdugos de la libertad ."¿Su crimen? --explican los responsables de RSF-- Ejercer la profesión de periodista al margen de los medios de comunicación autorizados por el poder de La Habana".
Como ellos siguen en las cárceles cubanas muchos disidentes por hablar, por manifestarse contra un régimen absurdo que se tiene en pie explotando la amenaza norteamericana y parapetado en la gran excusa del bloqueo.
La mano blanda de José Luis Zapatero con Cuba no parece cambiar mucho la tozudez tiránica del régimen. El gobierno español ha hecho del entendimiento con la isla una de las manifestaciones más visibles de su nueva política exterior. Los resultados, como puede verse, son por ahora calamitosos.
Pérez Roque también celebró un encuentro con intelectuales en el que según las primeras crónicas se mantuvo una "animada conversación sobre la actualidad" de Cuba al parecer no empañada por los abusos de la dictadura castrista.
Así se defiende la libertad en algunos cómodos salones.