El nuevo director de la Radio Televisión de Galicia (CRTVG), Benigno Sánchez, denunció el martes el agujero de 84 millones de euros dejados por la Xunta de Manuel Fraga (PP). Es el enésimo pozo negro de deuda de las televisiones públicas, una de las grandes losas con las que los políticos cargan a los contribuyentes para mayor gloria de su poder y de la propaganda.
La deuda de las televisiones autonómicas es descomunal y cada año se destinan alrededor de 1.000 millones de euros a financiarlas. Suficiente para atajar la deuda sanitaria, por ejemplo.
En Televisión Española los ciudadanos tendrán que pagar con sus impuestos los más de 7.200 millones de deuda, financiados a costa de una rebaja de publicidad que en estos momentos sólo beneficia a las cadenas privadas, inquietas con la aparición de Cuatro y el concurso para una nueva cadena analógica en abierto.
La deuda prevista para 2006 es de más de 801 millones de euros mientras se estudian los planes de reestructuración.
Pero los políticos no tienen rubor. La Televisión de Galicia no es la peor y más deficitaria de las teles autonómicas.
La Televisió de Catalunya (CCRTV), que presume de calidad y audiencia, acabó el ejercicio 2004 con unas pérdidas de 166,6 millones de euros y una deuda total de más de 801,6 millones de euros.
Telemadrid ha aprobado para 2006 unos presupuestos de 157 millones de euros con una subvención directa del gobierno regional de 78 millones que se sumarán a las pérdidas de años anteriores. Y quieren Otra.
Y aún así, la radiotelevisión de Madrid presume de que su coste para los ciudadanos es un 60% más bajo que la media de las televisiones autonómicas (13,5 euros frente a 33,5 euros). La televisión catalana cuesta por contribuyente y año 38,8 euros; la valenciana, 41,3 euros y la del País Vasco, 52,4 euros, según datos de Telemadrid.
La valenciana Canal 9 tendrá al cierre de 2006 una deuda de 917 millones de euros y las nuevas televisiones autonómicas nacen también a todo bombo: la balear IB3 acaba de nacer con un presupuesto de entre 50 y 60 millones de euros para 2006 después de gastarse otros 40 en 2005.
El gobierno socialista aragonés se gastará 50 millones de euros para su nueva tele de Aragón en 2006.
Y faltan las más modestas, Asturias y Extremadura, que se gastarán entre 15 y 25 millones de euros por año.
Si se trata de televisiones, todo el mundo suelta la pasta, paga el contribuyente y siempre se puede justificar todo con la información, la cultura, el servicio público y todas esas buenas excusas para seguir haciendo propaganda a base de bien.
Ojalá denuncias como las de la Televisión de Galicia sirvan para aumentar la vigilancia y responsabilidad sobre los excesos comunicativos de los gobiernos autonómicos. Y no se olviden, luego están las subvenciones a la prensa y esas cosas, pero eso ya es otra historia...
Por cierto que se está celebrando en Pamplona un congreso sobre Los desafíos de la televisión pública en Europa.
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