El mandato de la Comisión Europea para que la Premier League venda los derechos del fútbol en paquetes para evitar el monopolio y el fin de los contratos de derechos de los clubes de Primera División con Sogecable abre un nuevo escenario para el fútbol en una televisión en cambio con la incorporación de nuevos canales, la aparición de la televisión digital terrestre y el desarrollo de los medios móviles e internet.
Cadenas como Antena 3 han probado la rentabilidad en imagen y audiencia del fútbol (aunque sean más dudosa la económica debido a su alto precio) y la retirada de Televisión Española de la puja por las grandes competiciones internacionales debido a su deuda abre espacio para otros posibles compradores.
Y no sólo la televisión, los nuevos mercados de internet y los móviles atraen a nuevos participantes a la puja por el fútbol y los grandes eventos deportivos.
La Comisión Europea pretende acabar con los 13 años de monopolio de Sky (Rupert Murdoch) a través de la venta de la Premier League en seis paquetes equilibrados en cuanto a clubes y partidos. Nadie podrá adquirir más de cinco y una comisión independiente vigilará el mercado.
Sogecable es la propietaria en España de los derechos de la Liga y de las grandes competiciones deportivas nacionales y europeas para su emisión en pago por visión dese 1997. Sólo está obligada por ley y por las condiciones impuestas por la fusión de Canal Satélite y Vía Digital a revender los derechos a otros operadores para el pago por visión y a permitir la emisión de un partido en abierto de las grandes competiciones como la Liga o la Champions.
Pero los clubes quieren más dinero y saben que la venta de derechos en paquetes, como la fórmula aprobada por la Comisión Europea para Gran Bretaña, atrae a más ofertantes y acaba redundando en una mayor rentabilidad de los derechos.
Un estudio de la consultora Deloitte citado por El Mundo indica que sólo 300 de los mil millones de ingresos de la Liga en 2004 procedían de la televisión, un 30%, un porcentaje más bajo que en Gran Bretaña, Italia o Francia.
En contra juega la fragmentación de las audiencias entre tantos medios y canales, pero la realidad demuestra el tirón del fútbol, de los grandes partidos y de la selección.
Pero otra cosa son los segundones. Madrid y Barcelona se llevan un tercio del total de ingresos por derechos de los partidos de la Liga y están convencidos de poder recaudar más.
Cuando en Gran Bretaña se desligó la Premier League de los derechos de la siguiente división inglesa fue un desastre para los equipos de esa categoría por la falta de audiencia y generación de negocio.
Los grandes clubes siguen aspirando a una superliga europea para rentabilizar sus marcas, jugadores y derechos de todo tipo. En cada país la tensión entre los grandes clubes y los más pequeños aumenta por las diferencias de intereses.
En Italia, Silvio Berlusconi le birló los derechos del fútbol para la televisión digital terrestre a Rupert Murdoch. Pero lo más sorprendente es que Mediaset, la televisión de Berlusconi, lo hizo aprovechando los resquicios legales de las restricciones impuestas a Murdoch cuando compró a los dos operadores anteriores de televisión de pago en Italia: Mediapiú y Stream.
Año tras año la tensión entre las televisiones autonómicas (Forta) y Sogecable por el precio del partido de los sábados se repite y varias de las nuevas televisiones autonómicas nacerán sin fútbol por imposibilidad financiera.
La Comisión Europea puso fin a su investigación sobre los derechos en mayo de 2003 tras las condiciones a la fusión de las plataformas de Prisa y Telefónica que entonces fijó el Tribunal de Defensa de la Competencia. Pero prometió que continuaría "examinando cuidadosamente el comportamiento de las citadas empresas así como el de las que operan en los mercados de los medios de comunicación de otros países que se hallan inmersos en una rápida evolución".
La solución alcanzada en Gran Bretaña puede ser el principio de un nuevo escenario para el fútbol y la televisión en toda Europa. Los intereses de la audiencia, la publicidad, las empresas de televisión, los clubes y los nuevos medios están en juego.
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