Las televisiones públicas cuestan un pico de los impuestos y sus gestores no parecen ser responsables de sus malos resultados. Mientras las televisiones comerciales son una mina, las públicas son la ruina. Y nadie parece saber por qué.
La lista de lo que cuesta cada televisión autonómica al bolsillo del contribuyente por año, sin contar la deuda, sólo coste operativo, según datos de las propias televisiones:
Las más caras: la vasca, 52,4 euros; seguida de la valenciana, 41,3 euros, y la catalana, 38,8.
Las menos onerosas: la de andalucía, más de 20 euros (dato poco fiable); la gallega, 32, y la madrileña, 33,5.
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