Wednesday, June 01, 2005

El futuro de los blogs comerciales

El fin de la inocencia (y 2)

La polémica por el cierre de Feedmanía y el conflicto entre la publicidad de los blogs comerciales y los agregadores de RSS suscitada por la protesta de Weblogs SL ha levantado gran polvareda en la blogosfera porque anuncia el fin del sueño.
Cuando el dinero llega, el periodismo ciudadano o participativo muere. El amateurismo se convierte en profesionalismo, aunque sea a tiempo parcial (la vieja figura del colaborador periodístico) y entonces ya no hay diferencia con el periodismo tradicional, más allá del empleo de un formato y de una mayor libertad a la hora de citar y enlazar información ajena (la famosa intertextualidad).
Estoy a favor del periodismo participativo y de los periodistas aficionados. También de utilizar los medios sociales de forma comercial, pero seamos consecuentes.
A mi juicio, Weblogs SL se equivoca cuando carga contra la publicidad en los agregadores RSS. Ellos tienen derecho a comercializar publicidad en sus blogs y los agregadores lo tienen a incluir su propia publicidad, de manera que contenidos y servicios de búsqueda y sindicación puedan ser rentables y mantener la gratuidad para la audiencia.
No estoy de acuerdo en que el agregador deba compartir la publicidad con las fuentes. El usuario puede encontrar las fuentes y acceder a ellas directamente. Si usa un servicio de sindicación web para acceder a ellas (también puede instalar programas en su ordenador o leerlas de navegadores como Firefox, si prefiere), el propietario del agregador está en su derecho de financiarse con publicidad que paga por los usuarios del servicio, no por los contenidos de los blogs.
Los blogs comerciales pueden limitar el contenido que ofrecen en sus RSS si no quieren ser leídos a través de agregadores.
Imaginad que los kioscos no pudieran exhibir publicidad. Que no se pudiera vender más que el periódico o la revista anunciada en el toldo.
La navegación es tan importante como los contenidos. La socialización de los contenidos es esencial para los blogs. De otra forma son sólo una simple página web en forma de diario ordenado cronológicamente.
No estoy en contra de los blogs comerciales ni de la publicidad en los blogs, pero hay que abandonar la inocencia. Un blog comercial es un negocio periodístico más, la bitácora se convierte en un formato y por tanto pasa a depender del valor de sus contenidos, de su marca, de su credibilidad y atractivo para la audiencia y el mercado publicitario, como cualquier negocio de medios.

Leo una anotación de Lawrence Lessig, autor de Free Culture, que coincide con mis ideas sobre el fin de la blogosfera original.
Lessig y Dave Winer defienden que el valor de los periodistas aficionados es su asencia de conflicto de interés, su único interés es compartir, lo que evidentemente sirve para muchas cosas, pero ninguna directamente comercial.
"Si la virtud del aficionado es buscar la verdad, esa virtud puede ponerse en tensión con el deseo de ganar más", y precisa que su preocupación no es la publicidad, sino la aparición del "equivalente a los tabloides en la blogosfera: empresas comerciales cuyo único propósito es generar beneficios comerciales".
Así comienza el fin de la blogosfera, la conversión de los blogueros originales en ciberperiodistas. Lessig avanza que habrá problemas con las citas y la intertextualidad e invita a "pensar más sobre este conflicto de interés para que la naturaleza del espacio aficionado no sea desplazado por algo diferente".

Todas estas preocupaciones coinciden con lo que Chris Anderson llama los peligros del "headism": mientras no se tiene suficiente atención, el altruismo y el antiprofesionalismo se impone, luego comienza la defensa de los derechos de autoría y propiedad.
El triunfo de la SGAE. La sociedad de autores reclama sus regalías.

Cuando hay incentivos suficientes y se pasa del deseo de promoción personal o de ganar reputación a la búsqueda de beneficios, entonces crece la ambición. Y las necesidades de pagar los gastos y los sueldos o participaciones.

Es la eterna maldición del ángel caído. Caer de la burra, le llaman otros. Y otros el origen del capitalismo.
Resultado: profesionalismo y motivaciones comerciales, más o menos rigurosas, consecuentes y honestas. "El negocio del negocio es el negocio", decía Milton Friedman, heraldo del neoliberalismo.
Afortunadamente, la blogosfera y el espacio libre crece. Sigo pensando en la necesidad de buscar nuevos modelos de negocio, porque los tradicionales llevan a donde ya estábamos. Y es demasiado pronto.
Por cierto, en Loogic.com buscan soluciones para evitar el cierre de Feedmanía.

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