Como era de esperar, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, se ha lanzado en su comparecencia de 11 horas ante la Comisión Parlamentaria del 11-M contra el grupo Prisa --especialmente la Cadena Ser-- y el Partido Socialista (PSOE) como responsables de una conspiración que llevó al vuelco electoral del 14 de marzo.
"Partidos de la oposición y medios de comunicación conocidos por su delirante obsesión contra el Gobierno del PP mintieron, fabricaron una gran mentira en torno a la gestión del Gobierno, jugaron a desestabilizar y tuvieron su papel en una jornada de reflexión usada para alentar el acoso organizado contra un partido democrático", afirmó Aznar.
El líder del Partido Popular sigue negando la influencia de los medios sociales y las smart mobs en los acontecimientos que llevaron a su derrota electoral.
Para Aznar, los ciudadanos que se agolparon ante las sedes del PP la tarde del 13 de marzo no eran sino turbas manipuladas por la Ser. Los populares, ensimismados en su sistema de valores de poder, siguen sin comprender porqué perdieron las elecciones ni tampoco la ola cívica convocada a tecleo de SMS.
Algunas de sus frases:
"El gobierno informó con una transparencia y una celeridad sin precedentes en un acto de estas características".
"El gobierno tuvo que afrontar un monumental empuje manipulador de los que vieron en esos momento la gran oportunidad que hacía tiempo habían dado por perdida".
"No creo en las manifestaciones espontáneas. Ahora nos hemos enterado de que las manifestaciones se pueden convocar tirando la piedra y escondiendo la mano y acabando en el 'pásalo' famoso"
"Hay datos incontestables de que existen vinculaciones entre terroristas de Al Qaeda y ETA". "Y yo no sé si en este momento se está investigando".
El ex presidente insistió en la honestidad de su gobierno y en que se trasladó a la opinión pública toda la información de la que el ejecutivo disponía.
El enfrentamiento entre medios y políticos continúa. La disputa política persiste en pelea mediática y unos y otros se apoyan en medios afines para culparse.
Las lecciones del 11-M siguen sin aprenderse. La crispación vuelve a la vida pública como un dejá vu que se ha visto ya demasiadas veces.
Unos y otros, del PP a ERC, se empecinan en sus posiciones y el espectáculo es bochornoso. No parece que nadie quiera saber la verdad ni averiguar todos los agujeros de seguridad, los robos y traslados de explosivos, el despiste de los responsables de inteligencia, las proclamas que se hacen en las mezquitas de barrio y local rancio. Nada. Sólo inútiles acusaciones de política basura.
Entretanto la verdad y la Política 3.0 se van abriendo paso enmarañada en declaraciones y acusaciones.
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Sáenz de Ugarte | El ladrillazo
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