Los sabios autores del informe de reforma de la radiotelevisión pública se enfadaron cuando se criticaron sus propuestas, no compartidas por el voto particular de Fernando González Urbaneja y los informes económicos de Miguel Ángel Arnedo, el experto propuesto por Economía, que ha salido a defenderse en El País de las acusaciones hechas contra él por Enrique Bustamante, catedrático y miembro del comité.
Arnedo insiste en su capacidad para hacer propuestas sobre financiación y apunta algunos puntos básicos de sus informes:
>> la necesidad de una fuerte reestructuración de la gestión financiera, comercial y de política de derechos de emisión del Ente RTVE;
>> la reducción de las plantillas de RTVE y RNE;
>> la sustitución de TVE y RNE por dos sociedades públicas, una para cumplir con el servicio público, financiado por el Estado; la otra, comercial, financiada por la publicidad y el resto de sus ingresos de producción y comercialización.
Arnedo se defiende de las acusaciones de Bustamante, que tachó sus propuestas de "tercermundistas" y "catastrofistas".
Las posturas de Arnedo y Urbaneja (similares con matices) encajan con la de Solbes, enfrentado al ala política del gobierno, con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega a la cabeza, que defienden la asunción de la deuda de RTVE por el estado, la interpretación generosamente amplia del servicio público y una continuidad en la gestión de recursos, materiales y personales, del Ente.
Postura apoyada por los sindicatos, los burócratas y una gran parte del personal, cabalmente preocupado por su futuro.
El informe de los condecorados sabios y su aplicación final seguirá dando sorpresas. No parece que el Estado pueda hacerse indefinidamente cargo de la deuda y el mal funcionamiento de la radiotelevisión pública sin reformas estructurales profundas y más exigencia profesional, comercial, financiera y de calidad.
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