La reparación de la memoria histórica avanza. Una vez lanzada la ofensiva gubernamental contra las estatuas de Franco, es la hora del mausoleo de Cuelgamuros, el Valle de los Caídos. El diplomático asturiano Yago Pico de Coaña, embajador para las cumbres iberoamericanas, sustituirá al duque de San Carlos, Álvaro Fernández-Villaverde, al frente de Patrimonio Nacional, la entidad que gestiona la basílica.
El duque arrastra una relación afectuosa con los grupos de extrema derecha y la Fundación Franco que llevaba por ejemplo a no cobrar la entrada en el mausoleo a los ultras que iban a celebrar el 20-N.
En el Valle de los Caídos yacen los restos del dictador Francisco Franco, de José Antonio Primo de Rivera y de miles de víctimas de la Guerra Civil.
El gobierno estudia la transformación del monumento de Cuelgamuros en un museo de la dictadura o en un auténtico homenaje a todas las víctimas.
Un propósito que se hacía difícil de soportar a Fernández-Villaverde, que ya presentó su dimisión hace un mes, cuando la prensa comenzó a airear los desencuentros entre Patrimonio Nacional y el ejecutivo.
P21 | Desmemoria en Cuelgamuros