El product placement llega a la prensa y amenaza con romper la frágil ligazón entre medios y lectores, ese compromiso tácito de confianza en el que se ha fundado la credibilidad desde el principio de la comunicación .
Marca no se corta. Esta era la portada del pasado miércoles 6:
Un poco más y venden su propia M de Marca. ¿Qué precio tendrá?
Hemos visto la millonaria nueva mosca internacional de Movistar por todos lados: como burbuja saltarina por las páginas de diarios y revistas, como escalera y también como anuncios tradicionales.
La audiencia ha aprendido a discriminar los mensajes publicitarios y su eficacia baja. Los publicistas se devanan los sesos y tiran de bolsillo para mantener el impacto de los anuncios.
Otros prefieren recurrir a los anuncios contextuales (digitales o en soporte tradicional) y anunciar lo que interesa a la audiencia de ciertas informaciones.
Pero esa fórmula no sirve para las campañas de consumo masivo.
Y tampoco todo vale para los medios. La línea de la confianza es frágil. Con campañas como ésta, Marca quizá da la razón a quienes piensan que la prensa deportiva tiene cada vez menos de periodismo y más de marketing.
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