Perfil fue uno de los mejores y peores experimentos de la prensa argentina de los últimos años. Jorge Fontevecchia, heredero y director de la Editorial Perfil, una de las mayores empresas de revistas de Argentina (Noticias, Caras, Luna, Mía, etc.), concibió en 1998 la idea de lanzar un gran diario de calidad, de lectura, hondo, dedicado a la política, la economía y la buena vida.
Un modelo de laboratorio de periódico de referencia. Buen y sobrio diseño, color, cuadernillos, papel blanco de alto gramaje y profundidad en las notas. Duró 84 días y dejó una profunda herida en la editorial y en el periodismo argentino.
Ahora Fontevecchia cumple la promesa de volver que hizo entonces y anuncia la vuelta de Perfil, pero esta vez como dominical, al estilo de los sunday ingleses.
Perfil estaba fuera de su tiempo y sobrado de soberbia. Se anunció como un gran diario de calidad cuyos modelos eran El País, La Repubblica, The Guardian o Le Monde. Cuando salió a la calle sólo pudo ser un diario regular con textos muy largos.
El fracaso estaba cantado desde el primer día.
Fontevecchia dijo que los argentinos leen poco porque "el ritmo de vida es intenso" y comparten el escaso interés "de los pueblos jóvenes por la cultura".
Eran las postrimerías del menemismo y el dinero y el lujo eran más importantes que la cultura y el pensamiento. El conchabeo y el clientelismo político pesaban más que la gobernanza. La corrupción y las privatizaciones turbias más que la economía de mercado.
No era el momento.
Pero Perfil salía con la ola de simpatía hacia la editorial que provocó el asesinato en 1997 de José Luis Cabezas, fotógrafo de la revista Noticias asesinado por la mafia empresarial relacionada con lo más oscuro del peronismo menemista.
Fontevecchia siempre dijo que se discontinuaba la publicación de Perfil, no admitía el cierre. Pero sus trabajadores fueron despedidos tras una larga y penosa lucha.
Perfil vuelve. Argentina es otra. Sale de una larga crisis gestada aquellos años. Quizá sea mejor momento a pesar de que hay menos dinero circulando. Entonces Perfil recaudó 18 millones de dólares para lanzar su proyecto. Hoy esa cifra es impensable.
¿Tienen los argentinos más ganas de leer?
Puede depender de la verdadera calidad del diario.
Perfil se adelantó a su tiempo y estaba mal planificado. Era un diario para elites confiado en que las elites leían. No ocurría así y el diario no colmaba las expectativas de calidad.
Tiene una nueva oportunidad.
VisualMente: Vuelve Perfil, una frustada experiencia editorial
Página 12 | El cierre de Perfil
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