Santiago Carrillo, ex líder del PCE, y Santos Juliá (en la foto), historiador, marchaban a presentar Historia de las dos Españas, libro del último, cuando una de ellas, encarnada en la sombra negra de un grupo de ultraderecha los atacó.
La España intolerante cargó contra una de sus obsesiones, el hombre que recuperó el Partido Comunista para la democracia, y contra el historiador que analiza la eterna disputa sobre esas ideas dicotómicas de la política y de la nación. Las dos Españas supuran de nuevo por las heridas viejas de unos y las nuevas magulladuras de otros.
Los totalitarios revivieron una vieja escena: el ataque a los libros y a quienes los escriben. La España bárbara e inculta de Millán Astray contra la letra y el pensamiento. Esas viejas dos Españas que no acaban de reconocerse y descansar.
Carrillo llamó la atención sobre el peligro de quienes reabren discursos y heridas desde sus tribunas. La bestia siempre está dispuesta a despertar.
Hace poco personas de toda condición política celebraban los 90 años del viejo comunista, símbolo de la integración en una Transición tan necesaria. Allí alguien dijo que en la fiesta sólo faltaban los malos.
Los malos aparecieron hoy con la barbarie de la intolerancia.
El Cultural | Historia de las dos Españas
P21 | La Transición arropa a Carrillo
Y seis meses después: El ataque del guerracivilismo