Este loco y ciego partidismo | 3
Se la tienen jurada. Un grupo de ultraderechistas intentaron reventar el acto de concesión del doctorado honoris causa al ex líder comunista Santiago Carrillo en la Universidad Autónoma de Madrid por su responsabilidad en la matanza de Paracuellos.
El guerracivilismo se impone día a día en la sociedad española gracias a las proclamas de algunos medios y vuelve la famosa crispación: ahora por la religión en la escuela, ahora por la ley de defensa de las mujeres, por los gays, por el estatut de Cataluña, por la tele pública. Y lo que queda.
Federico Jiménez Losantos acusa por las mañanas en su radio (los obispos pagarán algún día estos pecados propios y ajenos) y hoy apuntaba la mirilla desde Libertad Digital. Otros le seguían y arropaban.
La estrategia es revertir el acuerdo básico de la Transición: olvidar y perdonar la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Nada ha soliviantado más a la derecha totalitaria que perder el poder el 14M y la pretensión de los herederos de los vencidos de restituir la memoria de las víctimas de la dictadura, las únicas que pagaron en su dolor el pacto de la Transición como pagan las víctimas del terrorismo los devaneos poco claros para acabar con la violencia y los asesinatos políticos.
Paga Carrillo como en la agresión en Crisol. Pagamos todos con una oposición política que no nos merecemos los que creemos que debe existir una oposición al poder -o varias- fuertes, con argumentos, con proyecto, con visión, inteligentes y suficientemente conectadas con el sentir común de los ciudadanos como para volver al poder en cuanto el gobierno de turno incumpla su pacto social.
Volvemos al incivilismo guerracivilista por la tozudez de algunos y su rencor. No seré yo quien defienda al Carrillo de la Guerra Civil, pero durante mucho tiempo (ahora menos, porque han ido muriendo) nos cruzábamos con asesinos y carceleros de uno y otro bando en la calle.
Es la ley del olvido. Dolorosa para muchos, pero la única forma de superar traumas y dictaduras, como sabemos nosotros y otros países. Carrillo purgó parte (porque nunca los que matan o lo ordenan la pagan entera) de su culpa con su papel en las postrimerías de la dictadura franquista y la Transición.
Quienes quieran acusar, que acusen. Quienes no quieran olvidar, que recuerden, pero nadie tiene derecho, nadie, a volver a traer tanto odio, semilla de violencia y sangre a esta tierra.
No en mi nombre.
P21 | La peor España agrede a Carrillo y a Santos Juliá