La azotea de Wyoming arrancó mal. Más que azotea parecía un bajo de agrupación local del PSOE. No era un problema de calentamiento. Ha ido a peor y es que si un tipo como José Miguel Monzón cae en lo políticamente correcto y comienza a adorar al presidente ZP y a su gobierno, la gente cambia de canal.
Wyoming, deberías saber que no hay nada peor que un cómico obsequioso y predicador.
Haberle dejado los hábitos al Reverendo, tu escudero musical. El Gran Wyoming cae víctima de su propia correción política y de la propaganda de matute.
Sus penosos resultados de audiencia cayeron hasta el 6,2% de cuota, casi por debajo de La 2 y no llegan al 10% ni tras un partido de la Champions. El PSOE y la directora general Carmen Caffarel le echan una mano y la azotea abrirá sólo los domingos, como las terrazas de temporada. A ver si así, sin enemigos, asienta. Todo sea por la factura y el esfuerzo comprometido.
Caffarel le llama a todo esto "entretenimiento de calidad": Wyoming en plan baboso y Julia Otero, como siempre, más de lo mismo. Aviados estamos.
Monzón se hizo célebre por su verborrea inteligente y provocadora. Con ese nombre de boxeador golpeaba siempre con ganchos, de lado y escondido. Con Aznar en el poder llegó al cénit en CQC. Ahora es un boxeador sonado y fracasado, como Hillary Swank en Million Dollar Baby.
La propaganda es nociva para los cómicos y la audiencia. Wyoming, tenías que haber caído.
(Buenafuente ríe desde el trampolín de hielo por donde se desliza la princesa Letizia)
P21 | A tortas por la noche