Atocha, 7.37 horas. Suenan las campanas por los 192 que nos faltan y el río de vidas destrozadas.
Las víctimas pidieron silencio, pero el repique de las iglesias espantó a los pájaros de la ciudad.
Atocha, 7.37 horas. "Hay más periodistas que personas", dice un ciudadano que baja del tres. La estación está llena de unidades móviles y de reporteros a la caza del reportaje.
Un año después tenemos poco que ofrecer. Los partidos siguen enzarzados y ni siquera se han podido consensuar unas conclusiones prácticas para evitar nuevas matanzas. Sólo una declaración institucional en el Congreso.
Los ciudadanos asisten a la confrontación partidista y muchos son arrastrados por una crispación recurrente.
Bush envió un mensaje a las víctimas. "Continuaremos luchando contra el terror y haciendo avanzar la libertad para que el mundo sea más pacífico".
Kofi Annan, secretario general de la ONU, reclama una nueva estrategia de valores. Alerta para no sucumbir al miedo y para respetar más que nunca los valores humanos.
No caben atajos. No se puede transgredir la ley. La sospecha no sustituye a la prueba.
El miedo atenaza a la sociedad y cierra la política y la reflexión. Las puertas deben seguir abiertas, a los inmigrantes, a las ideas, a los ciudadanos, a los informadores. El secreto es el nido del abuso.
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