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104 televisiones retransmitiendo en directo la pasión de Juan Pablo II. Los fieles quieren verle y el Papa se esfuerza y se asoma a la ventana asesina, así llamada por el viento que azota al débil pontífice.
Este hombre de 84 años no se retira a pesar de la enfermedad y su trágica empecinada figura. El vicario de Dios no se jubila.
Están todos allí para ver un nuevo Gólgota. Quizá fieles y medios esperan la muerte en directo en una especie de nueva idolatría mediática.
abc.es|Conmoción mundial ante un Papa que no pudo pronunciar la bendición Urbi et Orbi