Giulana Sgrena ya está en Roma tras ser tiroteada por el ejército norteamericano cuando se acercaba al aeropuerto de Bagdad. Nicola Calipari, el agente italiano que la liberó de sus raptores árabes tras más de un mes de secuestro está muerto por fuego amigo en un episodio tenebroso que vuelve a revelar la paranoia de las tropas norteamericanas, el caos de la ocupación de Irak, y el desprecio a la vida y el trabajo de los periodistas extranjeros por las tropas norteamericanas.
Nicola Calipari, de 50 años, el veterano policía metido a espía que ya había conseguido la liberación de las simonas, las cooperantes italianas secuestradas por Al Qaeda en Irak, está muerto. El valiente protegió a la periodista de Il Manifesto (el diario del Partido Comunista Italiano) con su cuerpo.
La veterana reportera de 56 años ha negado la versión del ejército norteamericano. Afirma que su coche no iba rápido, que no había un puesto de control, sino que los ametralló una patrulla en la carretera de la muerte, la que conduce al aeropuerto de Bagdad.
Por esa carretera, donde se producen a menudo emboscadas y muchos militares y periodistas han sido tiroteados y bombardeados, se conduce rápido y el alto de los militares americanos no es insistente, como han recordado muchas veces los periodistas destacados en la guerra.
Surgen dudas sobre la coordinación entre los servicios secretos y los gobiernos de Italia y Estados Unidos, aliados en la invasión. Ya se conoce la urgencia de los servicios secretos por apuntarse victorias y su desconfianza a compartir operaciones. Sobre los americanos pesa además la fama del gatillo rápido y se les ha acusado a menudo de preferir la captura o eliminación de los terroristas a la seguridad de los raptados.
Silvio Berlusconi vuelve a ser el perdedor político, por lo que se apresuró a pedir explicaciones y una investigación a Washington.
El ex presidente José María Aznar no lo hizo cuando un tanque americano mató a José Couso, cámara de Telecinco.
El suceso vuelve a revelar el caos en Irak, los nervios y al paranoia de un ejército recluido en la Zona Verde, donde se vive el american way of life y se hacen negocios, y el desprecio de los militares y el gobierno norteamericano con los informadores poco alineados con sus posturas.
Sigue la vergüenza y el fracaso en Irak. Un héroe más para el cementerio.
La Repubblica | I misteri del check point: "Nessuno ci aveva informati"
Il Manifesto | Giulana Sgrena
The Atlantic | Welcome to the Green Zone
P21 | Mea culpa de la prensa en Irak
P21 | José Couso: "Ni error ni negligencia"
P21 | Los americanos olvidan a Couso