Las grandes empresas españolas invierten poco en I+D, un problema recurrente y ya endémico con fallos estructurales y tanto de empresas como de centros de investigación y de apoyo público.
La estructura de nuestra economía, como la del propio Ibex 35 de la información, no es favorable a la innovación. El problema continúa con raíces de fondo.
Y la actual pelea estéril entre los ministerios de Industria y Ciencia no ayuda y está malgastando las esperanzas que había despertado el gobierno.
En el diario Público me encargaron un pequeño análisis que al final no se ha publicado por un error de edición. Ha salido uno firmado por mí que no me corresponde. Mi opinión sobre la debilidad de la I+D en las empresas tal como fue enviada al diario:
No es país para innovadores
La cultura del viejo tendero atenaza. Muchas empresas consideran la innovación y la formación un gasto en lugar de una inversión. Heredamos una economía cerrada, poco competitiva, más orientada a los beneficios a corto que al desarrollo a largo plazo. Trabajamos muchas horas y mal, con un nivel endémico de productividad. Se invierte poco en innovación y la formación interna es escasa.
¿El riesgo? Mínimo. ¡Que inventen y arriesguen otros! Pocas patentes y una ridícula cifra de capital riesgo disponible. Vivimos una economía morbosa, parafraseando a Ortega: copiamos lo malo. En I+D lo malo es el escaso gasto y calidad en educación, muy por debajo de la media de la OCDE; mínima valoración social de la ciencia y la tecnología y un sistema repleto de barreras para la innovación.
Vivir de los servicios, el turismo y el ladrillo es malo en tiempos de crisis. También para un futuro sostenible. Perdimos el ritmo de las revoluciones industriales y vamos lentos en la sociedad de la información. El conocimiento no es un valor público en un país entregado a la filosofía del nuevo rico.
Las empresas industriales e innovadoras son pymes, con un negocio concentrado en el mercado nacional, ahogadas por una enorme burocracia contable, fiscal y descoordinación con administraciones y universidades que lastra las transferencias de conocimiento. Necesitamos más I+D, lo primero en la mentalidad.