Pocas personalidades tan expansivas y públicas como Pilar Rahola. Empezó de azote y refresco político como primera diputada de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso, luego fue edil de Barcelona y acabó enemistada con Esquerra y la política cuanto más se enamoraba de su personaje público.
De rebelde política a tertuliana y de habitual de los debates más gritones de la tele a autora de best sellers, de los de encargo y rostro del autor en la portada. Primero la cuestión femenina y los niños, luego defensora egregia de Israel.
Ya tardaba en tener un blog. No es posible un altavoz sin Rahola.