A estas horas acaba en el Palacio Real la recepción de los Reyes a las autoridades con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de octubre. Y como cada vez que se realizan este tipo de actos surge una pequeña polémica entre periodistas por las exigencias del protocolo.
El de hoy exige vestido de corto a las mujeres, el conocido como cóctel, dado que la recepción está prevista para la una de la tarde. Como de costumbre, los pantalones están prohibidos, y a muchas periodistas les parece a estas alturas un anacronismo que se les invite a vestir un traje de falda.
Dos ministras se saltaron el protocolo y enfundaron sus piernas en la prenda unisex: la de Vivienda, María Antonia Trujillo, y Elena Espinosa, de Agricultura y Pesca. También un grupillo de periodistas hicieron oídos sordos a la nota de Zarzuela.
Los hombres deben acudir con traje y corbata oscura. Un atuendo más habitual y socorrido.
¿Tienen sentido hoy en día estas normas?
Muchos defienden la necesidad de que los periodistas se atengan a las normas de los actos que cubren. Otros creen que se deberían relajar y limitarse a pedir ropa adecuada, sin mayores exigencias.
Bastantes se quejan de la vuelta al protocolo que se ha producido en los últimos años y demandan que se separen estas exigencias de la organización de las coberturas realizada por los gabinetes de comunicación.
No se entiende que en tribunas de prensa alejadas de los personajes y autoridades se exijan normas de vestimenta que casi todos aceptan cuando la prensa puede acercarse o mezclarse con invitados y asistentes.
Pero no es menos cierto que en los últimos tiempos el atuendo inadecuado de algunos periodistas, y especialmente de los fotógrafos (que andan más cargados y apresurados), ha llevado a recelar de su presencia y a volver a marcar normas estrictas de atuendo para cubrir los actos oficiales e institucionales.
Un debate abierto.