Las blogonovelas y los libros o cómics nacidos de un blog ya tienen su primer premio literario: The Lulu Blooker Prize, creado por una empresa de edición a petición, Lulu, y que aspira a convertirse en el premio Booker de la blogosfera.
Pero, ¿qué es un blooker?
"Un libro impreso basado en un blog o web, una nueva etapa en el ciclo vital del contenido, si no una nueva categoría de contenido y un nuevo amanecer para el libro mismo".
Los promotores del premio creen en la vigencia y futuro del libro impreso, por eso premiarán a los blogolibros impresos en papel antes del 30 de enero de 2006. Y por eso se convoca en el año del 450 aniversario de la primera impresión de Gutenberg con tipos móviles.
Hernán Casciari ya puede darse prisa en traducir Más respeto que soy tu madre si quiere optar al Blooker.
A mí, dicho con modestia, este premio me parece un sinsentido. Lo valioso de los blogs es la conversación con los lectores (real, no retórica), la construcción del mensaje con cada actualización y cada comentario.
Para saber que los libros tienen futuro no hace falta convertir blogs en papel. El año pasado se publicaron 375.000 títulos en inglés y 77.367 en España. No hacen falta más libros, sino mejores. No hace falta que todo sea un libro, como ya ocurre con los reality shows y las librobobadas de las extensiones de marca de algunos programas y personajes de la televisión.
A cada medio, lo suyo y con lo suyo.
Sin dinámica dialógica, hipertextual y cronológica no hay blog. Así que un blook es sólo una forma más de matar los blogs y la blogosfera.
Un blooker es un blog muerto, como los malos premios y la literatura basura, pero esta vez porque pierde lo mejor del blog y no gana nada del papel.
Pero también es el resultado de la explosión de la moda desorbitada de un instrumento, un estilo y un formato que está sufriendo una crisis de maduración acelerada.
Un blog se puede utilizar como borrador. O como un nuevo diarismo preparatorio del papel como hace Arcadi Espada pero, ¿son ésos los blogs que queremos?
Para mí si están en la Red sobra el papel, por redundante y por desposeerlos de algunas de sus más novedosas cualidades. No dejaré de amar los libros, pero también adoro los blogs, no me los mezclen, no me sean pendejos.
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