"El proyecto de Estatuto del Periodista que debate la Comisión Constitucional del Congreso constituye la peor solución posible que cabía imaginar (...). El proyecto español opta por un intervencionismo de hechuras rancias, cuyo regusto autoritario no puede más que preocupar a cualquiera que considere que el periodismo en libertad constituye la piedra de toque de la calidad de una democracia". El País, Periodistas, editorial.
"Un proyecto de ley convierte de hecho al periodista en funcionario que, en vez de controlar al poder, incluido el poder parlamentario, es controlado por éste, que expediría el carné profesional". Fernando Castelló, presidente de Reporteros sin Fronteras. Contra la libertad de Prensa, ABC.
¡Al fin! La prensa y los periodistas cabales despiertan por fin ante una amenaza que lleva casi dos años pesando sobre todos.
Los instigadores: sindicalistas burocratizados y rancios, y colegios profesionales corporativistas.
La coartada: la pésima situación de la situación laboral de muchos periodistas, en especial los muchísimos jóvenes licenciados de una multitud de facultades nacidas por capricho del poder y que escupen periodistas a un mercado incapaz de asimilarlos, y un descrédito general de la profesión y la industria, terriblemente politizadas y dependientes del poder público, un financiador nato y un regulador implacable.
La solución: subvertir el orden profesional, la necesidad de independencia y el servicio público para atar a los periodistas con un carné que no asegura la profesionalidad, concedido por consejos de la información elegidos por los políticos y los sindicatos, domeñar a los pocos directores briosos que quedan con comités de redacción no pactados (como nacieron y tienen sentido), sino impuestos por ley, y atar a todos con un código deontológico convertido en legislación y que mata para siempre la aspiración de la responsabilidad y la autorregulación.
Los aliados: los políticos estatalistas y todos en general, encantados de sumar al poder que ya tienen a través de subvenciones, publicidad institucional, regulación audiovisual, etc. este nuevo instrumento del carné y los consejos estatales, auténticos encorsetadores y grandes hermanos del periodismo complaciente.
Pero también una enorme masa de periodistas confusos, que en su gran mayoría todavía no han leído el proyecto y que siguen creyendo inocente e irresponsablemente en las promesas de mejora laboral cuando el estatuto no incorpora ningún instrumento para ese fin.
La denominada propuesta de ley de derechos laborales de los periodistas, una ley especial que no se sabe por qué ha de ser distinta al del resto de trabajadores, no está en el proyecto, como falsamente difunden los propagandistas de este estatuto que, de promulgarse en su redacción actual, acabará con el poco periodismo independiente que en España resiste.
Somos muy pocos los que llevamos casi dos años luchando contra un proyecto que José Luis Rodríguez Zapatero se planteó presentar como proposición no de ley cuando todavía faltaba medio año para las elecciones del 14 de marzo de 2004.
Casi un año después el estatuto renación como proposición de ley presentada por Izquierda Unida. El que hoy se discute.
La Federación de Asociaciones de la Prensa de entonces fue superada por los sindicatos y colegios gracias a una dirección ineficiente que llevaba años sin defender profesionalmente a los periodistas. Sólo con el cambio en la dirección con la llegada de Fernando G.Urbaneja y su equipo, la FAPE reaccionaría hasta presentar un texto alternativo que expurga el autoritarismo del proyecto de ley y reclama autorregulación y reconocimiento de los derechos básicos de los informadores.
Al fin los grandes medios y los periodistas comienzan a despertar. Era hora.
Hace poco reclamaba el pronunciamiento de El País, de especial valor por ser el pionero de los comités y el estatuto de redacción, y también por ser el diario líder en difusión y en el espectro ideológico bajo el cual se cobijan algunos promotores del estatuto. Al fin ese pronunciamiento ha llegado.
Y también el de Reporteros sin Fronteras, organización que no tiene que demostrar su compromiso con la información y el periodismo valiente y democrático.
Era necesario.
Estatuto del Periodista Profesional | Wiki con información y documentación