Juan Marsé dimite (yo creí que de los jurados uno se retiraba, pero si lo dice El País) como jurado del premio Planeta después de su varapalo a la ganadora de este año, María de la Pau Janer, y al resto de los libros presentados. Ya va siendo hora de un poco de coherencia, aunque sea a destiempo y cuando ya se ha ganado el oropel y su bolsa (1978).
Francisco Umbral nunca ha ganado el Planeta pero sí el Lara y critica a los jurados y al concurso, pero redime a los Lara en su misión de vender "novela fácil para lector fácil". Anima a descubrir otras editoriales, incluso del mismo accionista, para otros placeres.
Se indigna como tantos de este alboroto repentino después de medio siglo de amaños y recuerda que nadie como el ínclito Fernando Vizcaíno Casas, que tampoco ganó el Planeta, simboliza el espíritu de la cosa y la casa, pura sociología hispánica a lo Santiago Segura y su Torrente, al que le darían el Planeta sin duda.
Pero en todo este papelón vuelve a salir escaldado el periodismo cultural español, sobre todo el de los grandes medios, que hacen el bobo todos los años, derrochan papel y tonterías escritas y dichas a cuenta del buen trato de Planeta, de su capacidad para vender e instalar en la agenda de la cultura de masas su premio bodrio.
Me quedo con las palabras de Fernando Valls, director de Quimera, para definir su revista: "No hablamos de gente como Lucía Etxeberría" (puedes seguir añadiendo nombres); o con el rigor de Revista de Libros como antítesis del oprobio de los periódicos de todos los días. De radios tertulianas y televisiones del morbo, mejor ni hablar. ¡Qué bien da Mari Pau en la pantalla! ¡Cómo hacía el ganso Vizcaíno con aquellos modos de ridículo caballerito español!
Los medios de comunicación de masas deben hablar de la cultura de masas, pero eso no los exime de hacerlo con agudeza, espíritu crítico y un poco de sana ironía. Lo mejor de la Janer fue cuando le contestó a Marsé que hacía mucho tiempo que no escribía nada de interés. ¡Qué bueno es el pronto para la crítica literaria!
Lo otro no es periodismo, aunque se viva relativamente bien, se mariposee por cenorrios (¡otra vez el puto soufflé!) y hoteles a la búsqueda de algún encuentro provechoso y hasta se pueda hacer una carrera de relumbrón listomediático.
¡Cuántos reyes del canapé y del hurto de libros para revender luego en la cuesta de Moyano!
P21 | Poco que ver con la literatura
P21 | Marsé le da una colleja a El País
P21 | Debate sobre periodismo y cultura