La escritora catalana María de la Pau Janer (Palma, 1966) ha ganado el Premio Planeta 2005 y el peruano Jaime Bayly (Lima, 1965) fue el finalista. Juan Marsé está tan descontento que después de denunciar la calidad "baja, casi subterránea"de los aspirantes de este año, lo que admitieron otros miembros del jurado, acabó la noche de premios repitiendo: "Nuestro cometido como jurados tiene poco que ver con la literatura".
Si a estas alturas descubrimos tal cosa del Planeta, que el propio Marsé ganó con La muchacha de las bragas de oro en 1978, estamos listos.
Grandes escritores (pocos), mediocridades (bastantes) y malos (muchos) han ganado el Planeta, que tiene mucho más que ver con el mercado y los gustos masivos de la época que con la literatura. No es casual que los buenos autores ganen el Planeta con obras menores, como el propio Marsé, a menudo a rebufo de un reconocimiento crítico por otros títulos que anima al editor Lara y sus expertos en mercadotecnia a engalanar de literatura el galardón.
Marsé ha hecho bien en denunciar. La ganadora se lo ha tomado mal. Es lo que tienen los escritores mediáticos, carecen de autocrítica. Bayly, sujeto más elegante y determinado, ha encajado como el gran fajador que es.
Los editores y libreros están preocupados por la crisis, con devoluciones de un 25% de la tirada. Pero no es de extrañar, es el mercado que ellos mismos han creado.
Marsé dice que a la novela ganadora, Pasiones romanas, nada que ver con aquellas noches salvajes de Pasolini, "se ve la carpintería literaria, se le ven las ínfulas".
María de la Pau y Bayly son buenos artesanos, los dos coinciden en su faceta de presentadores en radio y televisión, caras conocidas, tramas contemporáneas, personajes reconocibles. Elementos de mercado. ¿Y la literatura, la buena literatura? Y, ¿a quién le importa?