El fin de la era de la prensa | 10. Innovar o morir
MySun es tu página personal en The Sun, el más exitoso de los tabloides sensacionalistas británicos. Si quieres cháchara no encontrarás un sitio mejor. Su dueño y mentor, Rupert Murdoch, lo sabe. Siempre ha un genio para adaptarse a los tiempos y reinventar la prensa como negocio y arma de poder, de su original Australia, a Gran Bretaña y después a Estados Unidos (atentos que ahora apunta a España con su consejero Aznar).
Murdoch es un inmigrante digital, pero aprende como pocos. Siempre lo ha hecho. Un año después de comprar MySpace lo ve claro.
Los medios "serán un lugar para la conversación. El nativo digital no envía una carta a un director. Se conecta y abre un blog. Necesitamos un destino para esos blogueros. Necesitamos atraer a los lectores que crean en la web como un lugar donde contactar con nuestros reporteros y jefes de redacción en amplias discusiones sobre las noticias".
Era la visión de Murdoch en abril de 2005, cuando se dirigió a los responsables periodísticos norteamericanos para exhortarlos al cambio, para convertirlos a la era digital al menos por mor del negocio.
El presidente y fundador de News Corporation sabe que lo importante son los lectores. Si la prensa pierde su fortaleza como foro público, entonces debe abrir nuevos foros, más privados, más comunitarios, más cercanos a la comunicación interpersonal y el boca a boca.
"Ser capaces de usar la información en una gran comunidad. Hablar sobre ella, debatir, interrogar e incluso encontrarse con gente que piensa el mundo de una forma similar".
Toda una lección del atractivo de la información como conversación y de la importancia de las comunidades virtuales pronunciada por el dueño del altivo The Times, el exquisito The Sunday Times, el amarillo News of the World y la combativa y sesgada Fox News.
"Nuestra idea es hacer a los lectores de The Sun los futuros editores del diario", explica Pete Picton, editor digital del tabloide. El criterio social sumado al criterio periodístico.
Murdoch sabe oír el mercado como los indios de las películas oían al Séptimo de Caballería. Pega la oreja y cambia el campamento antes de que lleguen los cuchillos largos.
Otros serán aplastados por los cascos del galope digital. Él, no. Es Rupert Murdoch. Oye el mercado.
Hace sólo unos días explicaba a sus accionistas:
"El centro de nuestra es fácil de entender, aunque no siempre fácil de implementar.
Primero, ignoramos la visión convencional. Segundo, intentamos invertir pronto en nuevos negocios antes de tener que pagar sobreprecio por los ya establecidos. Cuarto, disfrutamos el crecimiento y la rentabilidad de los negocios maduros, pero siempre pensamos en cómo construir la nueva generación de nuevas fuentes de ingresos".
Lecciones de innovación del último gran media mogul que ningún ejecutivo de medios debería ignorar. Lo normal en España es que la estrategia sea justo la contraria: los medios llegan tarde, mal y sin decisión -ni profesional ni de recursos- a las nuevas oportunidades y públicos.
Y así les va.
Pero a Murdoch no le pillará el fin de la era de la prensa. No.
"Ahora nuestros negocios de prensa tienen más lectores en total (atentos, Pedro J. Ramírez también escucha) que jamás han tenido, gracias a internet. La distinción que hoy parece dividir nuevos y viejos medios se probará ilusoria en el futuro".
El que quiera escuchar, que escuche. El que no, mejor que cambie de negocio.
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